El mal, es definido como aquella cualidad asociada a conductas, hechos, o entidades considerados (comúnmente universalmente) perjudiciales desde un sistema moral especifico. Por otra parte, el bien es asociado a conductas, hechos, o entidades de carácter (comúnmente universalmente) deseable. Es destacable el hecho de que estos dependen de la existencia de un sistema de valores éticos, dicho de otro modo, ni el bien ni el mal pueden existir sin contar con una sistemática moral[i].
Luego, cuando se especula sobre la naturaleza del ser humano, los filósofos tienden a asociar alguno de los anteriores opuestos a nuestra conducta. Decía Maquiavelo que los hombres son naturalmente malos, y otros, tales como Rousseau, proponían que eran demás factores, como la sociedad, los que corrompían a una especie humana naturalmente buena[ii]. Estas divagaciones que para nosotros pueden resultar subjetivas en aquellas épocas no lo eran, y de hecho eran irrefutables.
Esto dado por el motivo de que reconocer un valor intrínseco positivo o negativo existente en el hombre implica una ética o moral anterior a este, alguien que poseyese la capacidad de reconocer el bien y el mal, y pudiese dotar a la humanidad con cualquiera de los dos, seria esta entidad la divinidad creadora. Debido a esto, en antaño, este mismo debate era una cuestión de elegir bandos, de gustos colores, porque no existía una respuesta definitiva que desmintiera ninguna opción.
Y si bien en la actualidad tampoco podemos negar a ningún Dios[iii], si podemos saber los acontecimientos que aparentemente llevaron a la existencia de lo que somos. Nos consta que somos criaturas originadas de un principio de selección natural, y que todas las cosas que nos caracterizan son para este fin[iv]. Porque, aunque puede que Nicolás Maquiavelo o Juan Jacobo Rousseau no lo supieran, la formación de sociedades, las conductas “tribales”, son una cualidad fundamental de nuestra especie[v] originada mediante la evolución, esto conlleva varias conclusiones:
El surgimiento de normas, indispensables para las sociedades complejas, con ellas, entre otras cosas, los conceptos de bueno y malo. Serian entonces estos conceptos de nuestra obra, metafísicos en cuanto al mundo y por ello imposibles de atribuir a el Homo Sapiens Sapiens, consecuencia de que toda la vida este determinada por factores únicamente físicos.
Objetarían personas diciendo, quizás, que el bien y el mal si son conceptos reales, entendiéndolos como aquello conveniente y aquello inconveniente, como se les caracteriza en este texto. Pero olvidarían que el bien y el mal van más allá de eso, en el sentido que dependen de un enfoque subjetivo. Mientras que para varias morales la matanza de infantes, la violación y el canibalismo sea una conducta malévola, resulta conveniente para múltiples especies animales[vi]. Y, por otro lado, también existen morales que van en contra de aquello que podría ser considerado conveniente, como el caso de los sistemas de creencias que limitan el consumo de cierto tipo de alimentos, cuando una mayor variedad de fuentes de nutrición es más provechoso biológicamente[vii].
Si fuera preciso, luego de todo esto, responder a la pregunta base, bajo el orden lógico ya planteado, se podría resumir, en que el ser humano como especie no puede ser ni malo ni bueno, ya que esos términos son intangibles, no tienen peso en la realidad y fueron planteados por sí mismo.
[i] Definiciones parafraseadas de múltiples encontradas mediante el buscador google.
[ii] A el autor de este ensayo no le consta que ningún de ellos haya dicho tal cosa, tales afirmaciones se basan en un meme encontrado en internet que atribuye esas posturas a tales autores.
[iii] Sería necesario otro ensayo para discutir esa temática.
[iv] Véase cualquier libro educacional de Biología que trate ese tema.
[v] De ser necesario, buscar “tribalismo y antropología” en su buscador favorito.
[vi] Búsquese “animales caníbales” y “chimpancés” en su buscador favorito.
[vii] Infórmese acerca de los conceptos de “nicho ecológico general” y “nicho ecológico especifico”
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