El ser humano no evoluciono para ver televisión.
Cuando los seres humanos ven a las criaturas atrapadas en la caja tonta repitiendo las monerías que les dicen que repitan, no solo son monerías las que vemos, sino algo similar a lo que ocurre cuando el hijo aprende de sus padres por imitación. Los monos son tus padres, y tu eres el ser inmundo y degenerado que va a saltar de un edificio, matar un dragón o aceptar el feliz totalitarismo mecánico de un mundo anaranjado.
Así fue, así sigue siendo, el ser humano es libre en cuanto a que Django esta desencadenado, y si no eres de Tarantino es que lees y crees ser Kira, Spike o Nitch, o otra caricatura de la realidad igual de frívola, y todas las meta-referencias que puedas meter a martillazos en una persona.
Los hay también aquellos quienes son o creen ser gente real, pero en el mundo la gente real no existe porque todos son otra gente o quieren serlo, aquellas personas originales dirigen, pero entre quienes dirigen falta también originalidad. Del mismo modo que respiramos, necesitamos ser como lo que nos rodea, lo que nos rodea nos forma, hasta este ese punto es un animal el ser humano.
Así se desencantan los hombres de la vida, por eso eligen seguir a aquellos que les dicen que son libres de seguir a quien quieran, o aceptan este hecho y transforman el mundo a su imagen, o con ingenio, a la que deseen, llegan a ser muy poderosas estas mentes originales.
Yo, que apenas se copiar lo que me rodea y no por ello soy una mente original, he conseguido ver detrás de su agenda, aquella de las personitas mas competentes que yo, que ha tramado una empresa milenaria o algo así, y que vienen por tu cabeza. He atravesado el cristal, salí de la Matrix, he consumido la pastilla azul, siendo la otra hormonas femeninas para el alma. Soy el uno, a imagen de cristo, siento la necesidad de escupir blasfemias ególatras.
Lo veo por lo que es, esa mancha borrosa que no es mi miopía sino la incertidumbre mortal del futuro inorgánico, como una cabra negra que escupe hijos mil, lovecraft se queda corto en sus ansiosas fantasías marítimas, yo se lo que quiere. ¿Cristo? ¿Ulices? ¡Horribles! No seras un Cid, no seras un Alexander, no seras David y no mataras a tu Goliath ¿Como puedes odiarlo si la mancha rosada es el amor?
No seras un héroe ni el protagonista de una tragicomedia alcanzando el entendimiento infinito al regresar desde el cielo. Tu miseria le servirá a tus servidores autores de la mancha ¡La homosexualidad frena la sobrepoblacion! y eso seras, Astolfo, pero el travestido ¿Quien quiere ser Goku? a lo sumo serán Shinji, y el 3.0 + 1.0 te lo darán cuando derrotes al cabalista maldito de Gendo que ya comienza a serles un dolor en el culo.
Cuando en la montaña de excremento veamos la simulación de lo que es sublime, daremos a Undertale por el caminante sobre el mar de nubes, la odisea sera WATCHMEN, y los sueños de Madotsuki serán nuestro mito fundador. Ni siquiera Adolf Hitler se resistiría a las tentadoras miradas de una inocente niña-caricatura del japón, Carlo Magno viendo a Nagatoro, el no huiría de sus fauces, porque el monstruo toma cualquier forma, la que mas te guste, ya esta aquí, y somos todos nosotros quienes conformamos sus tejidos.
En su naturaleza plena, el sueño de Carlos el psicoanalista es una pesadilla, la topología del maravilloso mundo arquetipo ahora es rehén de los canallas mas originales, que en su odio al mundo y en su culto a la muerte satisfacen las tendencias naturales que a nosotros nos negaran, ellos serán el hipotálamo de la criatura, y nosotros sus células sensoriales. Ellos serán el demiurgo y nosotros pretenderemos gobernar sobre pixeles, alabados por el calor de un procesador marca AMD metidos dentro de un hueco en la tierra, masticando larvas de cucaracha.
En mis censores se detecta el mensaje, en el advenimiento precoz al internet, una inicial reacción de rechazo se disipa, creyéndome un conquistador, o el anticristo, otro vástago perdido lo advertía atravesando terrenos que yo creía inexplorados por la plebe, el diablo es malo y nos corrompe, nos rompe, de niño lo sabia, no hice caso. Tal vez soy un demente, tal vez ni siquiera se lo mal que están las cosas, tal vez me quedo corto como Lovecraft en su tiempo. Pero sobre la mancha rosada otros me advertían, Josue Yrion tenia razón.