Coronado en el
desagüe, el rey de la mierda.
Para su fetidez no hay enjagüe, pues enlerda.
100 cagadas conforman su corte, asaltan las narices,
Tras del picaporte, gobiernan los países
de todo el globo, nuestro altísimo despojo,
En señal de reverencia, el pueblo ahinojo.
¿Quién pudo
defecar tan loable excremento?
La historia ha de falsar el instante y el momento,
En el que se hizo presidente, el desperdicio tirano,
Pocos en el presente, atesoran pan del grano
que en un intestino se convertiría en nuestro dios,
Fue el trigo, fue el aliño, fue el maná, y fue el arroz.
El marrón
ungüento abre la boca, decreta su decreto,
La responsabilidad revoca, para la moderación, un veto.
El consumo de sustancias es ahora obligación,
Para habitar en las instancias y endiosar la sensación.
Por tanto no hay humano que le ofrezca resistencia.
Cristianos y salvajes lo toleran, o adoran su sentencia.
El deber del señor
caca fue entonces perpetuarse,
Resultó la estirpe dionisiaca, con tendencia a deformarse.
Dolido por su legado, pensando siempre en su nación,
La gran mierda dejo enmarcado el sentido de su canción.
Para que pudieran sus hijos superarle en cuanto puedan,
Una biografía, mediante la que a sus recuerdos accedan:
“Escuchen, mis
retoños, cuando se encuentren en altibajos,
Junten sus cerebros bisoños, crucen por mis atajos.
Observen lo bello y lo bueno, con sus pupilas dilatadas,
Cólmenlo de su veneno, dejen las paredes manchadas.
Sean como yo, aspiren a ser la perfecta mierda,
Con fe de ciego caminen por donde he ido, hacia la mano izquierda”.
Mierda que galopa
en el prado, mierda que juega con las mariposas,
Mierda de aspecto cansado, mierda entre todas las cosas.
Mierda que lloras
por ellos, los ricos en su posición.
Mierda que clamas por guerra, tras tu revolución.
Bella mierda
taimada, de mirada fiera, de fulgor femenil.
Perfecta mierda enhestada, en ristre, cuya amenaza es servil.
Mierda activista,
moriste por quienes no llueve, los cubres.
Mierda asesina, roja, violenta, los genocidaste, en aquellos octubres.
Mierda valiente,
la mierda potente y con clase que enfrenta,
No eres la mierda incoherente y malvada que engaña, difieres.
Y tu mierda arrogante, que vendes tu espada, herramienta, ¿Quisieras decirme quién
eres?
Mierda influencer,
déjame apreciar bien tu envergadura,
Tu aliento y tus ganas son aquellos de la mierda aquella que nunca pierde, y
siempre perdura.
Mierda quimérica,
salvaje mierda, mierda pastoril.
Mierda domeñada, encadenada mierda, mierda varonil.
Mierda perfecta,
conecta los puntos, conéctalos todos, antisistema.
Mierda adalid prenatal que colecta los grupos, mierda coherente, mierda blasfema.
Mierda, se quién
eres, y puedo erradicarte con la ligera presión de un interruptor.
Juguemos un juego, mierda, tu serás el paciente, y yo seré el doctor.
¿Qué es lo que
quieres, mierda? ¿Ser el hidalgo y el señor?
¿A caso deseas que al pedir una cosa no sea necesario pedir por favor?
¿Cambiar de valor?
¿Cambiar de color?
¿Cambiar de sabor?
¿Qué los corazones sean tuyos?
¿Ocultar tu olor?
¿Qué los niños sean envueltos en ti en alguno de tus extraños capullos?
Pues no.