Hay una mujer en una sala de espera en un consultorio. Es una mujer asiática, lleva gafas de sol y platica con un hombre a cerca de su destino.
—Es como una serie de bombillas, algunas encendidas, otras apagadas, lo ideal es que todas estuvieran apagadas.
—¿Y luego que? —dice el hombre— ¿Oscuridad?
—La oscuridad es aterradora, entre los monticulos de la no luz se pueden esconder las formaciones míticas, de siniestros estafadores de vidas, o abogados de vidas, o liquidadores de ilusiones. —movió la cabeza en señal de aprobación—. Pero esa cosa no, esa cosa existe donde existen los recuerdos, es muy similar a la violencia sexual, un viejo que necesita de ayudas extra para continuar desflorando, tiene lentes, para verte mejor, y si se desea puede incorporar dentro de si una linterna, para espantar a la competencia, y encontrarte.
—¿Y usted como sabe todo esto?
—Me fue rebelado en un sueño.
—¿Quien le odia?
—¿Dios? No creo, no creo en Dios, creo en la ciencia, la astronomía, la astronomía cuántica, fue un neutrino, un neutrino penetró en mi cabeza y cambió la electroestatica de mi cabeza de forma tal, que los intrincados circuitos lógicos alterados en mi dieron lugar a una forma descabezada, una forma de muchos cuellos y pocas cabezas.
—¿Y cuantas caras tiene la criatura?
—Todas las que alguien ve en este momento, en este momento alguien esta contando las letras, y le esta tratando de hallar un significado al ruido de la estática, al ruido de la estática de una transmisión que de otra forma seria el trayecto de un pedazo de mierda desde el ano hasta el agua de la taza, a nalgas abiertas.
—¿Y deberíamos temer entonces? ¿Cuantos de ellos hay?
—Puedo explicarlo poeticamente, pero elegiré ser directa. Son muchos, es la multiplicidad de una sola cosa, porque esta esta formada por todas las partes (tu y yo y el), pero siempre fue asi, pero la integración no fue un evento —supo sonreir la mujer asiática. Con su dentadura perfecta, dijo—: Como una tela de araña que se vuelve de metal. ¿Sabes lo que dicen? Que la tela de araña es mas resistente que el metal, pero ahora la tela de araña es de metal, así son las cosas ahora.
El par de interlocutores miraron a la gente pasar, mientras esperaban que el doctor los hiciera llamar, platicaban cordialmente sobre los planes de dominación mundial que para este punto eran irreversibles.
La mujer fue la primera en volver a hablar— no sabes cuanto odio al mundo, odio a los cuellos sin cabeza porque estos fueron los que me dieron a luz, conozco gente que nunca ha probado la mermelada, que piensa que las aceitunas son como las de los videos porno. ¿Entiendes? Así me reconforto —se saboreo los labios, y luego dijo—: para los insectos, yo soy la titiritera detrás de los presos de la cueva, quien dirige las figuras que se reflejan en el fuego, yo las hago especialmente crueles, especialmente amargas, especialmente saladas, especialmente vanas.
—Uno no creería que existe tal persona. ¿Que me dices de todas esas atrocidades incorpóreas? ¿Esos ritos simulados de la pintura cubista? ¿Son nuevos?
—No, no, no me entiendes, eres un idiota, yo no creo, yo no tengo la capacidad de crear, no hago nada, influencio, esa es mi experiencia. Las pautas transitan como transitan los trenes electrónicos. Yo no doy la orden, solo jalo la correa, solo aleteo mis alas, los nueveonces se hacen solos —se bajó los lentes un momento para tirar una mirada perspicaz— respecto a los "oh so spooky" símbolos del azufre que tienen (dios santo) ojos en donde no van los ojos, o geometrías faciales que no agradan a la vista, solo puedo decir que mi violador ya me ha hablado de ellos, y son los huracanes mas agraciados de mi infamia.
—Bien, es bueno estar enterado de las cosas, no sabía, pensaba que habías dibujado esos tu sola.
—¡Ja! No, no se crear, mi violador ya me informo de la situación, hay alguien a quien nuestras conversaciones le aparecen como textos esquizofrenicos en el internet, a ese lo vamos a matar.
—Me satisface que me mantengas en el loop, eres venerable.
—Lo soy, mi violador me cuenta, porque vamos a buscar ese descabezado hijo de puta y vamos hacerle tragar todas y cada una de las cabezas, asi soy yo, me autolesiono, vale la pena abortar a tus hijos de vez en cuando.
—Me place tener el privilegio de ser el confidente de tus confidencias.
—Mi empatía me permite estar en tus zapatos, y esto es porque mi violador me lo ha confiado, ese otro gato, el gato que cree que no nos damos cuenta que también nos mira. ¿Que es lo que mirara? Gato mirón.
Y era así, había un gato mirón, su ojos dilatados mironeaban. Era, de hecho, un hombre con cualidades de gato, unas orejas, un bigote, pelo en todo el cuerpo, y desdén en la cara, aunque este quizás era propio y no un cruce.
El gato si miraba, miraba a una mujer hablando sola. Sacó una pistola y le apunto a la frente.
La mujer se dio cuenta, y antes de que se le diera fin, supo clavar una aguja mas—: ¿Tan pronto nos vamos?
La bala, girando en el aire, imparable, primero perforó la piel, luego el hueso, y en los sesos, no pudo seguir de largo, y ya no tan imparable, rebotó ahí dentro como si se tratara de algo que rebota mucho. La herida salpicó en el gato, porque así funcionan los agujeros de bala.
Luego la asistenta del doctor alzó la voz— ¡Señora internet! ¡Señora internet! ¡Es su turno!
La señora internet no iría a su consulta. El hombre gato se lo señaló a la secretaria— E-h-esta muerta, la acabo de matar.
—¡Valgame Dios!
—Si —señaló el gato con un conformismo repentino y un lenguaje corporal que lo acompañaba—. ¿Y entonces? ¿Que va a hacer?
La señora escuchó sus palabras con un gesto de que se explayaba en un tema de sumo complique, luego con las manos lo rechazó, y le dijo algo particularmente extraño—: Mira por la ventana, exceptuando a los hombres ¿Que ves? Yo veo prostitutas. Una prostituta, otra prostituta, esa es una puta, esa es una ramera, ahí va la mas zorra de las putas prostitutas con sus 5 hijos, otra prostituta, otra puta, esa va abriendo las nalgas, ahí va la señora internet, rodeada de sus amigas las putas, otra prostituta, y ese es un viejo, un viejo horrible ¿Que hace ese viejo ahí? Es terrible. ¿Por que esta al frente de la ventana? ¿Por que sus extremidades lucen así? ¿Por que no tiene nariz? ¿Por que sus ojos son completamente blancos? ¿Que es lo que come para que sus dientes se encuentren así de afilados? ¿Por que me sonríe?
Y el gato contemplaba en silencio, con asco, por la misoginia fortuita, y por el hecho de que frente a ellos no había una ventana.
—¿Quiere morir usted también?
La señora movió la cara con ambivalencia— Bueno... Por eso elegí nacer, para ver si algún día un gato malparido me revienta los sesos, un día le dije a la señora Valencia (mi madre) "Madre quiero nacer para morir asesinada por un ser que ni siquiera es humano" y ella me dio el regalo, en realidad soy una niñata mimada.
—¿Eh?
—Claro, seguirme la corriente es difícil ¿No? ¿Gato? ¿Que haces tu aquí? ¿Le temes tanto a Dios? ¿Por que no vuelves por el agujero de gusano del que saliste? Vuelve a tu mundo, en donde nadie especula con las acciones del mercado de la hipnosis remota.
—¿Dios? No eres mas que una plaga, yo soy tu juez y verdugo. Cada vez que experimentas dolor una vida en el multiverso se salva, dime algo chistoso para que me pueda reír mientras veo como se desangra tu cuerpo.
—Mira, ahí va la prostituta. ¿Como se llama la zorra? ¿Caterina la puta? ¿Enriqueta la culifacil? ¿Rosaura la perra en celo? mira lo que hace gatito, mira, se abre de nalgas, se abre de nalgas, y por su ano da a luz a un bello niño, míralo, felino. ¿No es precioso el amiguito?
El gato observaba desde el piso 20 por el gran ventanal, lo que se escurría por el recto de Soraima la prepago era en realidad un pedazo de mierda.
—Mira gato, mira, sale, esta saliendo sale, sa —El gato no pudo aguantar mas de la repulsiva escena, y en un movimiento rápido propino un disparo a la vieja secretaria, callandole la boca como lo debió hacer su marido.
El pedazo de mierda cagado por Tatiana la buscona no era mierda, pero tampoco era un amiguito precioso. Era un fragmento de la dimensión cruel, que pronto se materializara en el lugar en el que nadie habla en sinsentidos metafóricos, en forma de un cuerpo de latex, que flota en el aire.
El suelo se abrió y se tragó al hijo de Milena la meretriz, el cráneo del hombre felino se abrió como se abren las naranjas cuando son exprimidas desde la cuarta dimensión, y el autor de este relato decidió dejar de escribir aquí.