viernes, 20 de agosto de 2021

Rebelion en contra de todo lo bueno.

Alados por un barandal o una estructura metálica parecida, las figuras casi humanas obedecen al mecanismo que con cadenas los apresa del cuello. Con una sección independiente para cada uno de los apresados, las ruedas del aparato se mueven a lo largo del tubo, sobre sus cabezas, extendido a lo largo de un corredor oscuro, empedrado por primitivos ladrillos verdes y ásperos. Solo una luz negra ilumina, y delata en los cuerpos a la intemperie de los reos la presencia de un liquido espeso y brillante de color oscuro que se esparce en el basalto. La maquina, cuyas cadenas apenas permiten a los reclusos posicionar pies sobre el suelo, con los sonidos característicos de motores en movimiento recorre el pasillo rápidamente y se detiene en una sección del túnel en la que no hay mas ladrillos en una de las paredes, y se puede observar la noche en el desierto, varios metros sobre el suelo. Los presos miran atentos, una fogata, y al rededor de ella totems de algún tipo, símbolos de algún tipo construidos de ramas flacas y amarradas con hierbas. Arriba de la llamarada un cerdo u otro ser similar se retuercen del calor y humea el olor de carne asada apetitosa. Hay una figura posicionada en el extremo mas lejano de la fogata hacia el sur, cubierta de un habito negro confeccionado con múltiples telas, su rostro lo ven oculto tras una mascara tallada con el relieve de un cuerno en espiral visto de perfil, el color es blanco, su quietud y posición encorvada llegan a implicar que se trata de un maniquí o un espantapájaros. Al norte y sobre una piedra plana y lisa de tonalidades anaranjadas pero con manchas verdes dos entidades pueden ser distinguidas. La una es la copia idéntica del espantapájaros pero siendo persona y vistiendo una tela blanca en lugar de negra, la otra es una bola de tentáculos tiesos que hacen el amague de ser extremidades humanas dependiendo de la perspectiva en la que se les mire. La figura de blanco alzo la voz, y no pudieron los reos saber si era femenina o masculina.

En un tono grandilocuente dijo -¡Tengan la dicha de conocer a su creador!- e hizo un movimiento con los brazos para dejar en claro que se trataba de la bola de brazos
los tentáculos que antes parecían tensos recuperan su movilidad, y dentro de los pliegues de entre cada brazo comienza a escurrirse copias de la cosa de los brazos, que flotan y revolotean para espectáculo de los prisioneros, emitiendo destellos de colores pastel, inundando la escena de un polvillo fino brillante capaz de inundar la realidad con un placido olor a azúcar
Alados por un barandal o una estructura metálica parecida, las figuras casi humanas obedecen al mecanismo que con cadenas los apresa del cuello. Con una sección independiente para cada uno de los apresados, las ruedas del aparato se mueven a lo largo del tubo, sobre sus cabezas, extendido a lo largo de un corredor oscuro, empedrado por primitivos ladrillos verdes y ásperos. Solo una luz negra ilumina, y delata en los cuerpos a la intemperie de los reos la presencia de un liquido espeso y brillante de color Oscuro que se esparce en el basalto. La maquina, cuyas cadenas apenas permiten a los reclusos posicionar pies sobre el suelo, con los sonidos característicos de motores en movimiento recorre el pasillo rápidamente y se detiene en una sección del túnel en la que no hay mas ladrillos en una de las paredes, y se puede observar la noche en el desierto, varios metros sobre el suelo. Los presos miran atentos, una fogata, y al rededor de ella totems de algún tipo, símbolos de algún tipo construidos de ramas flacas y amarradas con hierbas. Arriba de la llamarada un cerdo u otro ser similar se retuercen del calo y humean el olor de carne asada apetitosa. Hay una figura posicionada en el extremo mas lejano de la fogata hacia el sur, cubierta de un habito negro confeccionado con múltiples telas, su rostro lo ven oculto tras una mascara tallada con el relieve de un cuerno en espiral visto de perfil, el color es blanco, su quietud y posición encorvada llegan a implicar que se trata de un maniquí o un espantapájaros. Al norte y sobre una piedra plana y lisa de tonalidades anaranjadas pero con manchas verdes dos entidades pueden ser distinguidas. La una es la copia idéntica del espantapájaros pero siendo persona y vistiendo una tela blanca en lugar de negra, la otra es una bola de tentáculos tiesos que hacen el amague de ser extremidades humanas dependiendo de la perspectiva en la que se les mire. La figura de blanco alzo la voz, y no pudieron los reos saber si era femenina.
En un tono grandilocuente dijo -¡Tengan la dicha de conocer a su creador!- e hizo un movimiento con los brazos para dejar en claro que se trataba de la bola de brazos
los tentáculos que antes parecían tensos recuperan su movilidad, y dentro de los pliegues de entre cada brazo comienza a escurrirse copias de la cosa de los brazos, que flotan y revolotean para espectáculo de los prisioneros, emitiendo destellos de colores pastel, inundando la escena de un polvillo fino brillante capaz de inundar la realidad con un placido olor a azúcar

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In plain day light, they weave the thread, Creating joy where shadows dread, Our anguish feeds their endless plot, And they are glad, it...